viernes, 4 de febrero de 2011

LOS SECTORES ECONÓMICOS PRODUCTIVOS Y DE SERVICIOS: POSIBILIDADES EN EL SIGLO XXI COMO EJES DE DESARROLLO

LOS SECTORES ECONÓMICOS PRODUCTIVOS Y DE SERVICIOS
La sociedad se define como un conjunto de relaciones sociales de producción. Lo que va a diferenciar a las sociedades son el modo de producción y las relaciones sociales de producción que se establecen en ellas. Las economías que tienen una relativa autonomía, se caracterizan por ser eminentemente productivas, a tal punto que la agricultura, la pesca, la han industrializado. (Agrofactoría, osceanogranja); mientras que las economías dependientes, tienen sectores económicos primarios. La autonomía de unas y la dependencia de otras economías están interrelacionadas, es decir, la autonomía de algunas economías se basan en la dependencia de la mayoría de las economías del planeta.
En una economía autónoma, la actividad de la producción está a cargo de diversas unidades productivas que pertenecen a distintos sectores económicos. Este sistema puede dividirse en sectores como los cultivos agrícolas, la pesca, la ganadería, la industria del calzado, la industria de nanotecnología, la industria de computadores, las empresas de construcción y los bancos, entre otros. Para facilitar el análisis agregado de la economía, los sectores productivos pueden agruparse en tres grandes categorías: sector primario, sector secundario y sector terciario.
El sector primario abarca las actividades basadas primordialmente en la transformación o explotación de los recursos naturales. Estas actividades son, por ejemplo, la agricultura, la ganadería, la pesca, la tala de bosques y las industrias de extracción de minerales.
Es el sector que transforma la materia prima en insumos y estos en bienes terminados. Las actividades son más complejas y necesitan poseer conocimientos científico tecnológicos, trabajadores especializados, demanda de empleo, de grandes inversiones, maquinarias, etc. Estas actividades se desarrollan en lo que comúnmente llamamos actividades industriales, tales como la fabricación de máquinas, máquinas herramientas, químicos, plásticos, zapatos, confecciones, aparatos de alta tecnología, etc.
El sector terciario, es el sector económico de servicios, comprende todas aquellas actividades en las que el resultado del proceso de producción no es un bien tangible sino un servicio intangible. Entre estas actividades encontramos por ejemplo, el comercio, el turismo, la educación, el transporte y los servicios financieros.

POSIBILIDADES EN EL SIGLO XXI COMO EJES DE DESARROLLO
La posibilidad es la expresión de la realidad en su estado embrionario. Entonces nos preguntamos: ¿es posible que los países de economía dependiente se conviertan en economías autónomas?, ¿puede un país, que basa su crecimiento en la exportación de recursos minerales y petroleros, impulsar su agricultura, hasta industrializarla?. La respuesta optimista es sí. Si se puede, pero ello requiere el impulso de una audaz política económica nacionalista, patriótica, democrática.
Pero la realidad es que el Perú, por ejemplo es un país inviable económicamente. No ha podido formarse como nación y hoy la internacionalización del mercado y del capital y la aparición de un estado ecuménico, son factores que limitan aún más sus posibilidades como ejes de desarrollo. Según Oswaldo de Rivero , la rápida e indiscriminada liberalización de las economías pobres con las políticas del Banco Mundial y el FMI, no ha hecho sino empeorar la situación, porque al conectar estas economías con la economía global, hicieron que los países produjeran de acuerdo a las ventajas comparativas que ya tenían en el mercado mundial. Las economías subdesarrolladas reprodujeron entonces lo que ya existía, es decir, exportación primaria y poco transformada que tienen baja demanda y recibieron a cambio volátiles inversiones especulativas del casino financiero global que no fueron destinadas a modernizar la producción. A este tipo de economías inviables los gurús del desarrollo osaron llamarlas emergentes
La verdad es que las políticas del Banco Mundial y del FMI, a pesar del alto costo social, no hicieron emerger nada, solo consolidaron un patrón de exportación que es hoy el menos competitivo en la economía global. Condenado a exportar materias primas y productos de baja intensidad tecnológica, con precios cada vez menos remunerativos y a importar cada vez más manufacturas y servicios con mayor contenido tecnológico y más altos precios, situación que obliga a endeudarse constantemente. En consecuencia, la gran mayoría de los países subdesarrollados en vez de irse convirtiendo en NICs (newly industrialized countries) se están convirtiendo en Economías Nacionales Inviables (ENIs).
Aunque el análisis casi acertado de Rivero, nos permite visualizar la situación económica en que vivimos. Se equivoca en su diagnóstico, porque justamente su análisis no sale del marco teórico impuesto de las comunidades científicas occidentales. Por ejemplo, términos como pobres, en vez de explotados.
Otro aspecto que merece comentarse es la idea de Rivero es la de que para salir de la trampa de la producción primaria y poco transformada, logrando inversiones para incrementar el contenido tecnológico de la producción y de las exportaciones, no se depende más de las políticas nacionales de los países pobres porque el capital nacional es insuficiente y los recursos científicos y tecnológicos domésticos son casi inexistentes. Se necesitaría que el especulativo capital global se transformara en una masa crítica de inversiones privadas extranjeras productivas, de al menos 300 billones de dólares anuales. Esta masa crítica de capital productivo nunca ha llegado y luego de las catástrofes financieras en los llamados países emergentes, las posibilidades de estas inversiones son totalmente improbables.
La experiencia de los países que han superado este problema, primero han resuelto el problema de su independencia política, luego económica, y finalmente cognoscitiva. Si China se perfila como la primera potencia mundial es porque previamente realizó una transformación revolucionaria en su país y se independizó de las cinco potencias imperialistas más feroces de la tierra. Esta transformación no depende del capital ni las tecnologías extranjeras.
En el sector primario, necesitamos basar nuestra economía en el impulso y fortalecimiento del sector agrario.
En el sector secundario, necesitamos pensar en industrializar nuestros recursos naturales, tenemos que pensar en producir nuestras propias máquinas, máquinas herramientas.
Algunos “economistas” sostienen que hay países que basan su desarrollo en el sector turismo y ponen como ejemplo a España. Esta es una falsa interpretación de las posibilidades de desarrollo de la sociedad. El sector terciario tiene que ser más eficiente, aquí cumple un rol importante el “capital” humano, la preparación tecnocientífica y humanista de los peruanos.

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